Actitud Pedagógica_


..."¡Qué afán de complicar y dificultar las cosas! – me decía usted-.
No, señor, no; no es eso.
No es sino el deseo de presentarlas tales como son o, por lo menos, tales como yo las veo y comprendo.
Y, además, no he de negárselo, la necesidad de reaccionar en contra de una pedagogía perniciosa que se empeña en simplificarlas y facilitarlas indebidamente.
Hay que andar, en efecto, con mucho cuidado en eso de poner las cosas mas simples y más fáciles de lo que son.
La mejor explicación no es la más fácil, sino la que mejor explica: es decir, la que de veras explica.
Cuando usted oiga a algún maestro exclamar: “¡Esto es muy sencillo!”, desconfíe de lo que va a decir. El afán de simplificar las cosas suele llevar a deformarlas.
Hay que proceder, no de lo más fácil a lo más difícil, sino de lo más conocido a lo menos conocido, y no suele siempre ser lo más conocido lo más fácil, si se pone uno a ahondarlo....
Ni simplificar, pues, y facilitar las cosas fuera de la verdad, ni menos engañar a nadie.
Y uno de los más sutiles medios de no engañar es calzarse las verdaderas dificultades, las hondas inquietudes, las irreductibles zozobras del espíritu.
Y si usted quiere que reduzca esto a una fórmula lo reduciré, diciéndole que lo que sobre todo hay que decir es lo que dicen que no debe decirse: “lo infando”.*
Lo infando, sí, señor mío, lo que no debe decirse; eso es lo que hay que decir.
Hay que sacar a relucir aquellas reflexiones que dicen es de mala educación o de mal tono sacarlas en sociedad"...




* infando del latin infandus : Torpe e indigno que se hable de ello.


- Miguel de Unamuno - Madrid- noviembre 1913.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Muy feliz con el taller y la gente. Con muchas ganas de hacer cosas y de aprender. Analía

Unknown dijo...

Ahora sí me tomó el comentario!!

Unknown dijo...

HABLANDO DE LOS CAMINOS, UNA LINDA DEFINICIÓN QUE SE PUEDE APLICAR A MUCHAS COSAS...
"Las primeras rutas se construyeron siguiendo los ríos. Seguían el trazado natural. Por eso, la mayor parte del tiempo, tienen un temperamento apacible. Las rutas de bosques, son otra cosa. Los bosques siempre asustaron a los hombres. La oscuridad, el diablo, los dragones... Por eso construyeron rutas rectas. Sin fantasía. Para entrar y salir lo más rápido posible. Para aprisionar el miedo. Luego, están las rutas de montaña. Los puertos que fueron construidos con un esfuerzo inimaginable, con sacrificios enormes. Por eso tienen un sentido innato de la economía. Nunca hay un centímetro de más en las rutas de montaña".
(De la película "Aime ton père" de Jacob Barollier)